Mexicali es “la ciudad que capturó el sol”. No hay mejor frase que describa el clima desértico y los días calurosos que comulgan en la capital de Baja California al norte de México. Sin embargo, la ciudad fronteriza es mucho más que una tierra caliente, es un destino que se abre al turismo de aventura, cultural, gastronómico, rural, hasta enológico al ser parte de la nueva ruta vinícola del estado, Puerta Norte, que cruza por Tecate y Valle de San Quintín.
La oferta cultural y gastronómica se concentra en el centro de la ciudad. Aquí se mezclan restaurantes de comida china (reconocidos como los mejores del país), food trucks y cervecerías artesanales, edificios históricos como: la Escuela Cuauhtémoc, hoy designada para ser la Casa de Cultura, el Instituto de Bellas Artes, que originalmente fue el Banco Agrícola Peninsular en 1927, el Centro Estatal de las Artes creado para ofrecer exhibiciones itinerantes de pintura y escultura y el Teatro del Estado, integrado al patrimonio del Instituto de Cultura de Baja California.
¿Qué más puedes encontrar en Mexicali?
El arte, la ciencia y la tecnología se admiran en el Museo Sol del Niño y en el Parque Temático de Energías Alternas, un centro educativo y de capacitación único en su tipo en México para aprender todo lo relacionado sobre energía solar.
Echar una mirada a los alrededores de Mexicali es encontrarse con la Laguna Salada, una depresión arenosa para recorrer en bici de montaña o vehículos todoterreno. Ese mismo camino lleva al Cañón de Guadalupe y sus jacuzzis naturales de aguas termales y pinturas rupestres. El río Hardy, el único navegable en el estado de Baja California, ofrece cabañas para observar las estrellas y hacer paseos en lancha o kayak.
Mexicali también brilla por sus comunidades rurales, como el asentamiento de los Cucapá, quienes ofrecen caminatas interpretativas por su centro ceremonial y rituales de purificación.